miércoles, 12 de marzo de 2008

LOS CAMBIOS EN LA FORMULA UNO

La supresión de las ayudas electrónicas a la conducción y de las vueltas para quemar gasolina en la tercera sesión de clasificación serán las principales novedades en la reglamentación del Campeonato del Mundo de Fórmula Uno de 2008.
Todos los coches van esta temporada equipados con una Unidad de Control Electrónica (ECU), fabricada por McLaren-TAG según las especificaciones de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), que entre otras cosas supone la eliminación del control de tracción y frenado motor, lo que puede suponer la perdida de cuatro décimas por vuelta.
Sin embargo, todos los equipos trabajan en minimizar estas consecuencias, explorando por otros caminos, y los ingenieros y pilotos ya han avisado de que no será fácil ver a las ruedas echar humo en las salidas, por un exceso de patinaje, y que, por supuesto, esto no va a significar que haya mas adelantamientos.
La tercera parte de la sesión de clasificación ha quedado acortada a tan solo diez minutos, con lo que prácticamente los pilotos sólo disponen de dos intentos parar conseguir su tiempo y, además, no se devuelve gasolina a los participantes según las vueltas que den, con lo que se elimina las que daban para quemar combustible y dejar el coche mas ligero para marcar un buen tiempo.
Al prohibirse repostar entre la Q3 y el inicio de la carrera, eso provocará también que la primera parada en carrera se adelante notablemente, como ya hacía Renault en 2003.
Este año la caja de cambios tendrá que utilizarse durante cuatro Grandes Premios y sólo se permitirá su apertura para cambiar las relaciones y adecuarlas a cada circuito antes de cada Gran Premio.
La primera rotura del motor no entrañará la sanción de pérdida de diez puestos en la formación de salida, siempre y cuando se trate de una verdadera rotura y no una bajada de rendimiento o la sospecha de que se puede romper.
Para aumentar la seguridad de los pilotos, tras el accidente que sufrieron el pasado el británico David Coulthard (RBR) y el austríaco Alexander Wurz (Williams-Toyota) en el Gran Premio de Australia, cuando el segundo pasó por encima del primero y estuvo a punto de darle en el casco, las paredes laterales de los habitáculos se han aumentado en altura para proteger mejor la cabeza de los pilotos.
Los coches de reserva quedan también prácticamente suprimidos, ya que cada piloto sólo puede contar con un coche y un chasis por carrera, que estará sin montar, y tendrían que montarlo los mecánicos en caso de que no pudiera utilizar más el anterior.

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